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Manuel Uranga & Cía.

El viernes 15 de mayo, a las 19, inaugura en nuestras Galerías Manuel Uranga & Cía., una muestra antológica que reúne obras del pintor y dibujante rosarino y de otros artistas que compartieron con él la efervescencia creativa de la década del 80 en Rosario. Curadores: Rodolfo Perassi y Rubén Echagüe.

Manuel Uranga nació el 9 de junio de 1957 en Isla Verde, Córdoba. Comenzó sus estudios en Rosario en 1975, en el taller de Julián Usandizaga. Dos años después, en 1977, participó de una muestra colectiva, inicial de los primeros alumnos que tuvo el maestro Usandizaga.

A partir de entonces, expuso junto a otros artistas en muestras que se desarrollaron en galerías de la ciudad y en el Museo Castagnino, y participó como ilustrador en revistas literarias y libros. En todas estas apariciones se destacaron su técnica y su singular poética. Manuel produjo y creó en Rosario en los años duros de la dictadura militar.

En 1982 emigró a Brasil con su compañera, Silvia Arce, con quien tuvo dos hijos, Micaela y Raphael. Allí trabajó con su tío Arturo en publicidad y, tiempo después, lo hizo para la construcción de escenografías de teatro y dibujando para cine, televisión y estudios de arquitectura. Manuel Uranga murió el 12 de mayo de 2001 en Florianópolis, Estado de Santa Catarina, Brasil.

Abierta hasta el 5 de julio.

Horario de Galerías: martes a domingos y lunes feriados de 15 a 20. Entrada: $ 10; menores de 12 años, gratis. Miércoles, entrada general gratuita. Jueves, entrada gratuita para estudiantes.

TEXTO DE SALA

Toda época tuvo su juventud “dorada”, sin que el adjetivo -que, mal que nos pese, evoca la frívola ingravidez de la purpurina- haga referencia a ninguna pertenencia de clase u otros oropeles por el estilo.

Cuando hablo de juventud dorada me refiero -modestia aparte- a esos jóvenes inteligentes, inquietos, ávidos de interpretar el mundo y de volcar esa interpretación, en la forma expresiva que más concuerde con su sensibilidad, y a los que precisamente la comunidad de intereses los mueve a juntarse, por lo general de manera efímera…

Pasada dicha etapa de euforia temprana, y extinguida esa suerte de candor irresponsable que se respira en toda Edad de Oro, el tiempo se encargará de hacer su contribución, premiando o castigando -con o sin justicia-, disuadiendo o alentando, pero, por sobre todas las cosas, sembrando la cizaña de la separación y del olvido.

Por eso es que esta muestra antológica, en la que homenajeamos a nuestro querido Manuel Uranga, si bien está centrada en traer a la memoria su máscara de moro de “Las mil y una noches” con ese aire entre solemne y bonachón que lo hacía inconfundible, y en deleitarnos con su apabullante virtuosismo en el manejo de los recursos plásticos, también apunta a revivir una época en la que otros jóvenes, junto a Manuel, intentábamos “adueñarnos del mundo” -¿no es ése, acaso, el propósito descabellado de cada generación que llega y se va?-, empuñando, cada cual a su modo, la herramienta del hacer artístico.

Nuestra única singularidad histórica quizá haya consistido en que, en lugar de intentar inscribirnos -como los jóvenes de hoy en día-, en alguna corriente estética globalmente legitimada, nos afanábamos en bucear en nuestra irrepetible interioridad, tratando de confirmar el axioma de Juan Grela -que ya he citado mil veces, y nunca textualmente-, de que la máxima originalidad no consiste en otra cosa que en mantenerse fiel a uno mismo.

Y eso Manuel Uranga lo puso en práctica con sobrada eficacia: supo que él era un orfebre increíblemente dotado, y que si bien los miniaturistas persas ya habían hecho su aporte, los iluminadores de códices monacales también, y que a principios del siglo XV el gótico internacional había dado una obra maestra de paciencia y refinamiento, como el libro de horas del Duque de Berry, él podía incorporarle, incluso al campo de la publicidad del siglo XX, el plus de una minuciosidad y un perfeccionismo técnico que, para los que estamos en el mismo métier, pueden resultar, si no exasperantes, por lo menos desalentadores.

Es que Manuel supo crear un micromundo pictórico forjado a fuerza de precisión y talento, digno de ser recorrido lupa en mano, y vivió y murió en el círculo mágico de esa fabulosa invención que, por haber sido tan empecinadamente suya, resulta intransferible…

Rubén Echagüe


Archivo Fotográfico

Fecha

Vie. 15/5/15 - Dom. 5/7/15

Hora

15:00 - 20:00

Lugar

Galerías
Sarmiento y el río Sarmiento, S2000 AHQ, Santa Fe

Acerca de este sitio

Este sitio fue creado con el objetivo de brindar de manera accesible al público un archivo digital histórico de los eventos y actividades realizadas en el Centro Cultural Parque de España


Publicado el miércoles 29 de abril de 2015.