Bienvenidos a 1968 Un archivo de la vanguardia

Al día de su muerte, en 1996, a los 60 años, mientras exponía en una muestra conjunta con Carlos Cantore, en la Escuela Municipal de Artes Plásticas “Manuel Musto” –que dirigió desde 1984–, Osvaldo Boglione llevaba cuarenta años de carrera en la plástica de la ciudad. Había atravesado distintos períodos: estéticos, culturales, políticos; había sido siempre artista, docente, tallerista; desde su disciplina había tendido puentes hacia la música, el teatro; era un hombre comprometido ética e ideológicamente. Gran parte de su obra permaneció hasta ahora entre los archivos de uno de sus hijos. El viernes 2 a las 19.30, el Centro Cultural Parque de España/AECID inaugura en Galerías una exposición, curada por Marcela Römer, de grabados, collages, esculturas, objetos, xilografías del enorme “Archivo Boglione”: “Esta primera aproximación intenta dar una visión amplia de su hacer como artista”, escribe la curadora en el texto del catálogo.

Boglione, quien tenía una extensa producción y buena cantidad de exposiciones en Buenos Aires, Santa Fe, Rosario y otras ciudades entrados los 60, tuvo un papel activo en la vanguardia. “En 1968 –reseña Römer en el catálogo– firma junto con toda la vanguardia de Rosario el texto: ‘Siempre es tiempo de no ser cómplices’”. Le siguen las firmas de Aldo Bortolotti, Graciela Carnevale, Rodolfo Elizalde, Noemí Escandell, Eduardo Favario, Tito Fernández Bonina, Emilio Ghilioni, Martha Greiner, José María Lavarello, Maisonave, Rubén Naranjo, Norberto Puzzolo, Juan Pablo Renzi y Jaime Rippa.

1968, año de movimientos intensos en el país y el mundo, traería Tucumán Arde, en el que Boglione participó junto con los artistas mencionados y otros de Buenos Aires. Tucumán Arde “fue un punto crucial de la construcción que Boglione venía haciendo con sus compañeros en diferentes muestras e intervenciones artísticas –reseña Römer–. En 1964 había fundado el grupo Taller con algunos de ellos (Naranjo y Rippa, más otros artistas) incursionando en investigaciones conjuntas en los nuevos paradigmas contemporáneos. Al año siguiente funda con Juan Grela el Centro del Grabado de Rosario, el cual produce carpetas gráficas. En el mismo año comienza a realizar diversas exposiciones como parte de la colección Slullitel, se va a su primer viaje a Europa por unos meses y regresa a proyectar innumerables exposiciones con sus otros compañeros de vanguardia en diferentes ciudades”.

Según el texto preparado por la curadora, “los objetos realizados en materiales industriales, que Boglione titulaba, por ejemplo: Cilindro perforado y atravesado por tres cilindros pequeños, hecho de hojalata (1965), presentado en el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez de Santa Fe en 1969, corroboran la teoría de que sus investigaciones intrínsecas dentro de las problemáticas formales del arte se veían intensificadas por el tipo de títulos elegidos para cada obra”. Römer subraya un texto de Renzi que se refiere a las experimentaciones de Boglione sobre su proyecto “Caja”: “Como creador adquiere un sentido más claro –escribe Renzi–, pues se lo ve asumir, cada vez con mayor conciencia, la misma actitud inquisitiva y de experimentación formal tanto en sus cuadros como en sus grabados”. Rodolfo Elizalde hace una llamada de atención al escrito de Renzi sobre la palabra “cuadros” de la siguiente manera: “cuadros? u objetos o pinturas?” A lo que Römer acota: “Así Elizalde cuestionaba el concepto del cuadro tradicional desplazándolo hacia lo objetual, muy acorde a los interrogantes de la época”.

Disciplinas cruzadas
Como artista, Boglione no fue ajeno a muchas otras disciplinas del arte: junto con su amigo, el actor y director Norberto Campos participó en las intervenciones del Grupo de la Acción y realizó una serie de dibujos con técnicas mixtas bajo el nombre Las pinturitas (1993). “Que las pinturitas de Boglione, son espuma de acritudes, violencias y olores de una costado de la ciudad –quizás de las ciudades– amasijo, amontonamiento de la necesidad de producción en serie con el esfuerzo de los cuerpos exprimidos a bajo costo y valor humano”, escribía Campos, tal como rescata Römer en el catálogo.

En 1984 realizó una carpeta gráfica Canción y Gráfica. Fito Páez – Osvaldo Boglione. Rosario ’84, “uno de sus más curiosos trabajos –anota la curadora–, que trasciende la obra plástica”. Allí, en palabras de Römer, se conjugan “canciones del músico como ‘Del ‘63’, ‘Rumba del piano’, ‘Actuar para vivir’, ‘Viejo mundo’ y ‘Tres agujas’, junto con grabados de técnica mixta del artista”.

Enlaces:
www.macromuseo.org.ar/coleccion/artista/g/ grupo_de_vanguardia_rosario.html
www.rosariarte.com.ar/notas/0001/000103.htm

Inauguración de la muestra: viernes 2, a las 19.30. Habilitada de martes a domingos, de 15 a 20, hasta el 1 de junio. En Galerías.

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